Una joven me confía su historia, me autoriza a compartirla con el fin de mostrar ésta realidad dolorosa de muchas mujeres víctimas de la Trata de Personas con fines de explotación sexual, en el marco del conflicto colombiano. Respeto al máximo las expresiones de la víctima, deseando que sea ella misma quien les cuente su tragedia.
"Esto me ocurrió el 27 de noviembre del 2006 , y dure 9 meses secuestrada, violada y explotada sexualmente, yo me dirigía a comprar los pañales y la leche de mi hija yo llevaba a mi hija en el coche, cuando una camioneta negra me abordo entre los barrios San Benito y San Carlos de la localidad sexta Tunjuelito.[Bogotá] . Me golpearon muy fuerte y me obligaron a tomar algo, para mí era agua, empecé a sentirme mareada, cuando desperté estaba en un cuarto muy pequeño, estaba asustada le di gracias a Dios que mi bebe estaba a mi lado, en ese momento empecé a mirar cómo me podía salir de allí, había solo una ventanita como esos cuadros de respiraderos que ni siquiera es ventana, sino como para que circule el aire, me asome por esa ventanita y lo que vi fue potreros. Tres días después entro una mujer rubia más o menos alta con ropa muy chiquita, como mini faldas y blusas cortas me exigió vestirme así, me quito la niña me obligo a maquillarme y me dijo que yo tenía que cumplir los caprichos del patrón, ella se llamaba Gladis pues así la llamaban. La niña me la quitó por 15 días y me violaron en repetidas ocasiones, quería morirme, pero lo único que me aferraba a la vida era mi hija y el volver a ver a mi familia si algún día salía de allá. cuando ya no creía poder aguantar vi una luz de esperanza, a la finca donde me tenían llegaron unas camionetas de agentes del Estado, cuento que a mí me dio mucha alegría cuando los vi llegar, pero me decepcioné. Estos tipos se bajaron de las camionetas les entregaron uniformes a la gente que había en la finca y al tal Patrón le dieron un maletín con mucho dinero luego nos hicieron en fila y ellos nos escogían entre muchas niñas, a mí me violaron nuevamente pero esta vez no fueron paramilitares sino agentes militares funcionarios del Estado.
Si me llegaba el periodo me obligaban a poner tampones y tenía que dejarme hacer lo que ellos quisieran en ocasiones era tanto el dolor que esta señora Gladis me decía que yo era muy floja.
Me fui ganando la confianza de ella y me permitía hacerle el tetero a mi hija en la cocina, la señora que les cocinaba era la misma que les lavaba, ella empezó a hablarme y me decía que a mí se me notaba que yo era una niña que habían llevado en contra mi voluntad.
Ella me dijo que me iba a ayudar pero para disimular me insultaba mucho. un día una de las niñas que estaba igual que yo hizo un croquis en el cual estaba las salidas más posibles, ella estaba planeando como escaparnos, al día siguiente de mostrarnos eso llegaron unos hombres nos dijeron que nos hiciéramos en fila, a la niña que hizo el croquis la mataron salvajemente delante de todas nosotras y nos untaron la cara con la sangre de ella y nos dijeron que eso nos iba a pasar si seguíamos "mariqueando" (SIC) que de ahí no tendríamos salida nunca.
A los dos días después del hecho me entregaron a mi hija yo la revise toda, y vi q no había sido violada gracias a Dios, pero la señora que les cocinaba me dijo que me la querían quitar para venderla.
En ese momento ella alzó la niña me dijo que me apurara , me ayudaría a salir de esa finca, salí y le hice caso a la cocinera de buscar una señora que tenía un restaurante en el caserío en el cual vendían los tiquetes de Transportes Flota la Macarena, a la señora le decían Conchita, ella me ayudo me paso tres mil pesos y me dijo que si yo sabía algún número de teléfono de mi familia, yo me fui a llamar a mi hermana Adriana la cual apenas me contesto se sorprendió de mi llamada.
A los días llegó un camión surtiendo mercancía para las tiendas y era el que traía el mercado, le pedí el favor que me dijera exactamente donde estaba, el me comunico que era la vereda Los Merecures, sector La Jungla vía a Mapiripán.
Le rogué que si me podía sacar de allá, él me dijo que no , pero que si quería que hiciera una carta y el con mucho gusto la llevaba a donde yo dijera.
Así lo hice envié la carta diciéndole a mi hermana donde estaba y tratando de tranquilizarla pero esa carta no me la respondieron.
Doña Conchita, la señora del restaurante, al ver mi desespero habló con el empleado de Transportes La Macarena y él acepto traerme pero hasta Villavicencio, me advirtió que no me prometía nada pues habían muchos retenes y yo era menor de edad y me le había escapado a los paramilitares dueños de la finca.
Yo me senté en el cuarto puesto del bus, al lado mío se sentó un hombre aproximado 32 años, al frente mío se sentó de unos 27años y en el asiento de frente uno como de 40 años, en el primer retén el que estaba junto a mí me puso un poncho (tela) en la cara y le comunicó al señor uniformado que se subió que yo tenía migraña y que con la luz me ponía peor, eso me salvo que en el primer reten me bajaran, luego en el segundo reten el señor junto a mí me dijo que nos bajáramos y almorzáramos y que actuara normal que hiciera cuenta que él era muy allegado a mí, almorzamos nos subimos normal al bus y el tercer reten a ese señor y al que estaba frente a mí los bajaron y se escuchó unos tiros no sé si los mataron lo que sé es que ellos no volvieron a subirse al bus.
Cuando llegamos a Villavicencio el señor de La Macarena me comunicó que le daba gracias a Dios por haber llegado a Villavicencio. Yo tenía 16 años cuando me llevaron y mi hija tenía 9 meses, allí habíamos 25 niñas entre 14 y 17 años y asistían hombres a comprar sexo.
El 1 de agosto de 2007 llegue a denunciar ante la fiscalía y no han hecho nada, dijeron que yo me había inventado todo, el caso fue asignado en el 2011 a un fiscal especializado en Derechos Humanos y DIH, el caso sigue en investigación."
JVGC
Claudia Quintero
Defensora DDHH
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