"Si en nuestro primer mundo no se compraran mujeres, no habría trata" Mabel Lozano



Mabel Lozano es un rostro conocido, si preguntas por ella la gente enseguida la reconoce como la actriz de Los ladrones van a la oficina o La casa de los líos, como la presentadora de varias galas de nochevieja o Noche de fiesta. Lo que tal vez no se sepa tanto a pie de calle es que Mabel lleva una década escribiendo y dirigiendo documentales, anuncios y cortos de corte social centrados en la mujer. Creaciones de proyección internacional y con numerosos premios.  Otras imágenes 4 Fotos   La maternidad, el cáncer, la mutilación genital femenina, el maltrato y, sobre todo, la trata de seres humanos han ocupado su vida desde que diera un golpe de timón, hace más de diez años, y se pusiera detrás de la cámara para dar visibilidad y denunciar realidades terribles que afectan a las mujeres en España y en otros países. Algo que hace con la misma pasión con la que habla de sus proyectos, de su familia y da sugerencias para poner freno a este tipo contemporáneo de esclavitud.  Mabel es la ganadora de la segunda edición del concurso Avanzadoras organizado por Óxfam Intermon, una iniciativa enmarcada en el Día Internacional de la Mujer  con la que se quiere dar un merecido reconocimiento a las mujeres que avanzan y hacen avanzar a los demás en España. El concurso Avanzadoras  el año anterior premió a Sagrario Mateo, que pasó de ser una mujer maltratada a poner en marcha la primera asociación navarra en defensa de las mujeres que habían pasado por su misma situación.  ¿Cómo se produjo el cambio de la Mabel Lozano actriz a la Mabel Lozano directora de documentales?  Supuso una ruptura y empezar otro camino. Y eso implicaba también romper mi pudor, mi vértigo, mis propios prejuicios al qué dirán, qué pensarán.  Y no solo a lo que pensaran los demás, sino yo misma. Me decía "¡uf! a esta edad empezar a ir a la universidad, embarazada, con chavales de 20 años y yo con el barrigón". Pero decidí que ésto es lo que siempre había querido hacer, lo que me gusta. Cuando empecé a trabajar en Los ladrones van a la oficina pensaba que quería ser Tito Fernández, que era el director. Me he formado desde cero y no he parado. Estoy continuamente en la escuela, haciendo cursos, másters... ¿Ya siendo niña había querido dirigir? Cuando yo era niña, en mi pequeño pueblo de Toledo, no podía decir que quería ser directora porque las mujeres no eran directoras de cine, pero si hubiera tenido referentes siempre lo habría querido. Es muy importante tener referentes femeninos. Yo, de pequeña, no quería ser actriz, pese a que fuera eso lo que me llegó y haya sido maravilloso. ¿Llegó antes el deseo de dirigir o el deseo por denunciar la trata de personas? Imagínate plantear que vienes de las galas de José Luis Moreno y que ahora quieres hacer un documental sobre la trataMe encontré primero la trata. Siempre he estado muy implicada en temas de mujer, en temas sociales, iba a escuchar activistas contra la violencia de género...  en uno de esos actos conocí el proyecto Esperanza  y, cuando me hablaron de la trata de blancas, me sonaba a algo que ya no existía. Entonces fui a su casa y me encontré que la trata de seres humanos, porque es trata de personas de todos los colores, se llamaba María, Teresa, Ana Ramona... mujeres de carne y hueso con padre, madre, hijos, piel y ojos. Mujeres que habían sufrido en sus carnes la esclavitud en Madrid. Y no daba crédito. Me resultaba increíble escuchar que les habían quitado el pasaporte, pegado, violado, que las hacían trabajar 20 horas. Y si fuera constructor les hubiera hecho una residencia, pero yo trabajaba el audiovisual y lo quise contar en un documental. De ahí salió Voces.  ¿Con qué dificultades se encontró a la hora de comenzar a documentar la trata? No es fácil entrar en ese círculo, ganarte su confianza y que hablen. De esas mujeres se aprovecha todo el mundo. Desde los medios de comunicación que quieren el testimonio y mostrar su rostro y luego dicen "esta ha sido la declaración de la prostituta...  ", hasta el Gobierno que les dice: si usted declara la protegeré, pero si no declara contra este señor, del que me voy a lucrar porque me voy a incautar todos sus bienes, entonces la deporto. Todo el mundo se aprovecha con ellas. Y luego imagínate plantear que vienes del mundo del espectáculo, de las galas de José Luis Moreno, y que ahora quieres hacer un documental sobre la trata.  Contándolo en una cena con un montón amigos, hubo dos que no te imaginas la burla tan brutal que hicieron de mi persona: "eres gilipollas, es mentira, te están contando una milonga y tú vas y te lo crees, la que es puta es porque quiere", y con burlas como "¿vas a entrar en los clubes? Pues avísanos para que se lo digamos a nuestros amigos y no nos pillen". Me costó mucho, pero tuve la suerte de dar con Jorge Sánchez Rayo, que tiene una productora y confió en mí para que escribiera y dirigiera, creyó en el proyecto y en una historia que entonces era muy nueva. Me fui a Rumanía, me fui a Moldavia y salió Voces. Todos los cuerpos de seguridad del Estado y la Fiscalía se han formado con ese documental porque fue pionero, nunca se había hecho con testimonios reales de mujeres. Ha estado en universidades del mundo entero. El documental se convirtió en una herramienta muy importante para formar y para sensibilizar. Y no ha recogido solo la trata, en estos diez años no parece haber descansado ni un momento. Yo los temas que abordo son los que me ofrece la vida. Por ejemplo, hablo de cáncer en Y todavía hay tiempo para verbenas  (2011) porque mi cuñada tiene cáncer de mama y descubro que es un proceso muy duro y larguísimo, no solo para la persona que lo sufre, también para todas las personas que la aman.  Los cuerpos de seguridad del Estado y la Fiscalía se han formado con Voces, ese documental con testimonios reales fue pionero ... Madre  (2012) llegó porque la maternidad ha sido para mí un proceso transformador maravilloso y quería hablar de distintas maternidades: la de una mujer discapacitada, una mujer que está sola en este país, una primípara de dos bebés con 49 años... Y lo hice de manera muy moderna, autofilmado, dándoles las cámaras a ellas. Las sabias de la tribu  (2010) son las mujeres en las que nos hemos apoyado y han hecho posible que nosotras estemos haciendo lo que queremos ahora. Mujeres de la posguerra como Ampar, que fue la primera en decir que era lesbiana, como Mariví Bilbao que dijo con más de cuarenta años que se separaba y quería ser actriz. Esa generación es nuestro trampolín.  Con las mujeres paralímpicas pasó igual, la vida me lo trajo. Llegaron las olimpiadas de Pekín y las portadas se llenaron de deportistas maravillosas como Gemma Mengual, pero en una fiesta yo conozco a Teresa Perales y me encuentro a una perona bellísima por dentro y por fuera que no sale en las portadas pese a tener 16 medallas de oro. Y a través de ella me meto en ese mundo y nace La teoría del espiralismo  (2009). Ahora estoy con un spot en animación de la mutilación genital femenina. Todos mis trabajos tienen que ver con la mujer, porque es lo que me interesa y todos tienen que ver con lo que me he encontrado en mi vida. Pero la trata siempre está ahí, con Voces, con Escúchame (2010), con la exposición The Journey con Emma Thompson, con la campaña Corazón Azul, ahora con Proyecto Chicas Nuevas 24horas ... Es verdad que reiteradamente vuelvo a la trata. Lo conté en Voces con el foco puesto en las víctimas, en Escúchame  con el foco puesto en el cliente y, después de muchos años de investigar y trabajar, lo que he hecho con Chicas nuevas es centrarme en  todos los actores que se lucran del cuerpo de la mujer y de la niña, que es el tercer negocio que más dinero genera en el mundo. Cada vez la edad baja más, el movimiento migratorio es cada vez más grande y también la feminización de la pobreza, lo que hace muy vulnerables a las mujeres y a las niñas de determinados países. Pero el nuestro, que es el primer mundo, si no comprara a esas mujeres, no habría trata. Al final este gran negocio se rige por una única ley, la oferta y la demanda pura y dura. Cuanto más conozco, más me indigno. Mis documentales son cada vez más crueles. Mi marido me lo dice: "este es todavía es más duro que el anterior". Pero es que no hay que darle árnica a nadie. Nadie da árnica a estas niñas.  ¿Cómo ponerle freno? Hay que hacer dos cosas muy importantes: una es trabajar en los países de origen, si las mujeres no tienen educación ni oportunidades, son vulnerables. Dale un lápiz a una niña y cambiará el mundo. Es cierto. Hay que dar una oportunidad real a esas niñas y enseñarlas a decir no. Y la otra es educar en el nuestro en igualdad y respeto y en que los seres humanos no pueden comprarse y venderse como si fueran objetos. Hay que educar en que no te puedes ir al polígono Marconi a las doce de la mañana y coger a una chica rumana, que el 90% son víctimas de trata o explotación sexual, y llevártela a una esquina a que te haga una mamada por 10 euros como he visto yo hacer a chicos jóvenes. Y no se puede dejar desamparadas a estas mujeres. Una vez una mujer ha pasado por esta situación tan horrible, el retorno a la normalidad es casi imposible. Si además no se las da un trabajo digno, no se las ayuda, vuelven al entorno del que han salido. Muchas ni siquiera pueden volver a sus países de origen porque no se las acepta. Ni siquiera sus familias. Es tristísimo de principio a fin. En España se están haciendo muy bien los deberes. Lo más importante es que ya hay cuerpos especializados, brigadas de trata, que saben detectar cuando una mujer es una víctima, porque ella no se va a declarar víctima teniendo a su hijo en su país de origen al lado del que la ha captado. Yo miro a mi hija, sé que me dejaría quemar viva por ella, y las entiendo.  Por suerte la Policía ahora está perfectamente formada y haciendo un trabajo maravilloso. La Fiscalía, desde que la trata entró en el Código Penal en 2010, también está trabajando muy bien. Pero es difícl de erradicar porque es un negocio que genera mucho dinero. Chicas Nuevas es un proyecto muy ambicioso, mucho más que un documental. A Chicas Nuevas 24horas le he dedicado los últimos cuatro años de mi vida. Es una acción multidiciplinar a través del arte, no es solo una película documental rodada en cinco países, tanto de origen como de destino.  Hay una exposición de fotografías de los viajes que hemos hecho a través del negocio de la trata, hay una novela de Charo Izquierdo, vamos a hacer una acción para captar a chavales que buscan contactos y contarles lo que hay, y tiene una pata muy importante en la web, el medio en el que más se mueven los chicos jóvenes y dónde hay que sensibilizar. También habrá sido especialmente difícil sacarlo adelante. Yo no sabía si podía levantar sola un proyecto tan ambicioso, he tenido momentos de casi tirar la toalla. Pero soy la reina del alzacuellos y del platillo, al mas puro estilo curilla de pueblo. Soy una pedigüeña profesional. Yo lloro para mamar que no te lo puedes ni imaginar. Soy una tía muy apasionada en lo que hago y he logrado encontrar cuatro productores de otros países, a tres de ellos los conocí físicamente cuando llegué a esos países a rodar. ¿Cuándo podremos ver el documental?Hay que trabajar en los países de origen y hay que educar en el nuestro en la igualdad y el respeto. Y no se puede dejar desamparadas a esas mujeres El documental de Chicas nuevas comenzará a rodar por festivales en abril. Yo ya lo daba por terminado cuando apareció la noticia de las niñas de Murcia  y me fui con la cámara a entrevistar al inspector que ha llevado el caso para meter que en España también se están captando niñas. ¿No tiene miedo de acabar en el punto de mira por luchar contra ese negocio tan lucrativo? Nada de miedo. Ningún miedo. He tenido amenazas de algún cobarde que vive explotando a mujeres y niñas, pero afortunadamente vivo en un país legalista en el que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están con el ciudadano, no como en algunos de los sitios en los que hemos estado rodando y en los que hemos corrido mucho peligro. Debería darles miedo a ellos. Yo he estado en un juicio, que está en el documental, en el que a unos les han caído 35 años de cárcel. Hay algunos proxenetas con hasta 53 años de cárcel, los que tienen que tener miedo son ellos desde que en 2010 se convirtió en un delito. Sé que tiene otra guerra, y es la de la conciliación y estar ahí para sus hijos. Mis proyectos profesionales me llenan y estoy volcadísima, pero estoy loca de amor por mis hijos y quiero estar con ellos. No tendría ningún sentido que mi hija Roberta vea que me dan muchísimos premios por defender a las mujeres y me tuviera solo en una foto de mesilla, que no me viera. Cuando mis hijos se acuestan, muchas veces estoy trabajando hasta la 1 de la mañana, pero desayuno todos los días con ellos, voy a buscarles a la ruta y estoy con ellos. En el colegio les enseñan matemáticas, pero yo quiero educar a mis hijos y que sean buenas personas. ¿Quién se ocupa de eso si no estás en su día a día? ¿Sus hijos conocen las realidades que cuenta en sus documentales? A Roberta, que tiene 13 años, le he explicado todo. Es cierto que estamos en un momento de crisis y desahucios terrible, pero somos afortunados viviendo en el primer mundo y hay que hacer conscientes a nuestros hijos de lo afortunados que son. Nuestras hijas no van a ser víctimas de trata, no van a hacerles una ablación, van a poder ir a la universidad. Hay muchas niñas que nacen casi sin ninguna oportunidad, ni siquiera de supervivencia. Cuando mi hija me protesta por estupideces se lo digo: "pero si tienes mucha suerte, vives en un lugar donde está todo a tu alcance".

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Claudia Quintero

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